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Los ladrillos de sílice de alta resistencia son un tipo de ladrillo refractario que se fabrican con sílice de alta pureza y se cuecen a altas temperaturas. Los ladrillos de sílice tienen una alta resistencia al choque térmico, al ataque químico y al desgaste, lo que los convierte en una excelente opción para aplicaciones de alta temperatura en industrias como la metalúrgica, la cerámica y la fabricación de vidrio.

Las principales características de los ladrillos de sílice de alta resistencia son su excelente estabilidad térmica, alta refractariedad, bajo coeficiente de expansión térmica y alta resistencia a la compresión. Estas propiedades los hacen ideales para su uso en aplicaciones que requieren resistencia a altas temperaturas, como hornos, hornos y otros equipos de alta temperatura.

Los ladrillos de sílice de alta resistencia generalmente se usan en áreas del horno donde la temperatura es más alta y donde los ladrillos están sujetos a la mayor cantidad de desgaste. Por lo general, se utilizan en el arco superior del horno, donde la temperatura puede alcanzar los 1700 grados, y en áreas donde los materiales fundidos entran en contacto con el ladrillo.

 

 

Los ladrillos de sílice de alta resistencia, elaborados a partir de sílice de alta pureza, son ladrillos refractarios robustos diseñados para su uso a altas temperaturas en diversas industrias, como la metalurgia, la cerámica y la fabricación de vidrio. Estos ladrillos poseen una estabilidad térmica excepcional, alta refractariedad, expansión térmica mínima y una resistencia a la compresión considerable, lo que los hace perfectos para hornos y hornos sujetos a temperaturas y desgaste extremos.

 

 

Material: sílice de alta pureza

Temperatura máxima: hasta 1700 grados (3092 grados F)

Conductividad Térmica: Baja

Refractariedad: Alta

Coeficiente de expansión térmica: bajo

Resistencia a la compresión: alta

Densidad: Típicamente entre 2.2 - 2.4 g/cm³

 

 

Resistencia a altas temperaturas: los ladrillos de sílice de alta resistencia pueden soportar temperaturas de hasta 1700 grados, lo que los hace adecuados para su uso en aplicaciones exigentes de alta temperatura.

Estabilidad Térmica: Estos ladrillos presentan una excelente estabilidad térmica, manteniendo su integridad estructural incluso en condiciones de calor extremo.

Resistencia al Choque Térmico: Los ladrillos tienen un bajo coeficiente de dilatación térmica, lo que les permite resistir cambios bruscos de temperatura sin agrietarse ni desconcharse.

Resistencia química: la sílice de alta pureza brinda una excelente resistencia a la corrosión y erosión químicas, lo que garantiza la longevidad de los ladrillos en ambientes agresivos.

Alta Resistencia a la Compresión: Los ladrillos tienen una alta resistencia a la compresión, lo que les permite soportar cargas pesadas y soportar esfuerzos mecánicos.

Baja conductividad térmica: los ladrillos de sílice de alta resistencia tienen baja conductividad térmica, lo que reduce la pérdida de calor y promueve la eficiencia energética en aplicaciones de alta temperatura.

Longevidad y durabilidad: estos ladrillos tienen una larga vida útil debido a su excepcional resistencia al desgaste, lo que reduce los costos de mantenimiento.

 

 

Cajas de madera: Los ladrillos de sílice se apilan y colocan cuidadosamente dentro de cajas de madera resistentes, lo que brinda protección contra impactos y garantiza la estabilidad durante la manipulación y el envío.

Palés: los ladrillos se pueden colocar en palés y envolverlos de forma segura con una película estirable o una película retráctil para mantenerlos unidos y protegerlos de la humedad y el polvo.

Fleje de acero: para proporcionar un refuerzo adicional, se puede usar fleje de acero para asegurar los ladrillos apilados y evitar que se muevan o se dañen durante el tránsito.

 

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